Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

lunes, 17 de octubre de 2011

Buena gente


Hoy la columna de Rosa Montero me llega especialmente. Habla de toda esa gente buena que tenemos alrededor y gracias a la cual la vida es un poco má fácil. http://www.elpais.com/articulo/ultima/Buena/gente/elpepiult/20111018elpepiult_1/Tes

2 comentarios:

Alicia dijo...

Muy bueno.Que no se nos olvide que hay mucha más gente buena que mala!Un abrazo

María dijo...

Muy interesante el tema de la compasión que, efectivamente, es un concepto bastante despreciado en esta sociedad postmoderna.
Aclaro lo que para mi es compasión: Para mí la compasión no es caridad, ni pena, sentimientos que me ubican por encima del otro. La compasión es ponerme en los zapatos del otro, hacer míos sus problemas, eso que en psicología se denomina "empatía".
Otra cosa que me llama a atención, y ahí sí que voy super sesgada, es que este fenómeno se da mucho más entre las mujeres.
Me encanta Rosa Montero, me parece una mujer muy valiente muy honesta y muy sensible, para mí, tres cualidades que admiro y trato de fortalecer. Hace años leí "La hija el Caníbal" absolutamente conmovedor. Un abrazo