Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

domingo, 6 de noviembre de 2011

Sobre todo nada. Miguel Albero


XXI Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma. Colección Visor de Poesía.
Escalofriante y sobrecogedor. Incisivo, escueto, amargo. Doloroso. Me ha sorprendido muy gratamente este libro de Miguel. De lo que he leído suyo, sin duda lo mejor.
Me gustan especialmente los poemas "Vía", "Mal" o "Luto", que creo que transmiten de forma redonda, descarnada, y con un toque cínico, el sufrimiento, el desasosiego y la resignación del que espera una muerte segura.
"Y aquí estoy yo, tumbado, ciervo herido
Con zarcillo en la muñeca,
Rata enferma con microchip anclado en mis entrañas,
Mucho más inmóvil e impotente que ellos, eso sí,
Desde luego resignado, pues yo podría quitármela y no lo hago."

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