Escalofriante y sobrecogedor. Incisivo, escueto, amargo. Doloroso. Me ha sorprendido muy gratamente este libro de Miguel. De lo que he leído suyo, sin duda lo mejor.
Me gustan especialmente los poemas "Vía", "Mal" o "Luto", que creo que transmiten de forma redonda, descarnada, y con un toque cínico, el sufrimiento, el desasosiego y la resignación del que espera una muerte segura.
"Y aquí estoy yo, tumbado, ciervo herido
Con zarcillo en la muñeca,
Rata enferma con microchip anclado en mis entrañas,
Mucho más inmóvil e impotente que ellos, eso sí,
Desde luego resignado, pues yo podría quitármela y no lo hago."
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