He terminad este libro, que más que una novela es una experiencia. Ha sido un tiempo en el que me he sumergido en el ambiente opresivo del régimen islamista fundamentalista iraní, tan castrador y desesperanzador, especialmente para las mujeres. Esta historia real, en la que una mujer culta, educada, con estudios en EEUU, que regresa a su país para ser profesora de literatura en la universidad, entregada a la literatura y a sus alumnos, tiene que ver como, poco a poco, van recortando sus libertades hasta caer en una persecución cruel, típica de las dictaduras totalitarias más radicales. En un principio ella dimite como profesora por negarse a llevar el velo y organiza un club de lectoras en su casa, con unas cuantas alumnas seleccionadas, entre las que se crea una gran complicidad e intimidad, que supone para todas ellas su pequeño espacio de libertad. Consiente en volver a la universidad y llevar velo con la idea de que será mejor enseñar a los chicos algo interesante que dejarlos en manos de los radicales. Vivimos con ella el angustioso debate de hasta dónde uno debe transigir, qué debe hacer, qué postura tomar, si deben exiliarse o no... Y mientras tanto, recorremos de su mano varios de los libros que ella escoge para sus cursos o para el club de lectura. Lolita de Nabokov, El Gran Gatsby de Fitzgerald, Henry James, Bellow... Libros que he recuperado para releer ahora con la ayuda de su agudo análisis.
Un interesante descubrimiento en el que además de disfrutar, he aprendido mucho.
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