Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

domingo, 24 de junio de 2012

¿Dejar un libro a la mitad o terminarlo a toda costa?


Yo soy de las de dejarlo, claramente. A diferencia de Lorenzo, que lo tiene que terminar por una cuestión como de orgullo. Pienso que tengo tanto por leer que seguir con un libro que no me gusta, al que no encuentro la gracia, cuyo estilo ya sé de qué va...cuándo ya nada me importa lo que le pase a los protagonistas... que me parece que seguir es una pérdida de tiempo. En general, cuesta dejar un libro a la mitad. Sientes como si traicionaras a un amigo, como si le estuvieras dejando en la estacada. Te vas, nada te importa lo que pase ya... Esa historia no va contigo...como con despecho, con cierto aire de superioridad.. Yo lo voy dejando en la mesilla, pero una noche ya no lo abro... Cojo otro a ver qué tal, uno que me lleva apeteciendo desde hace días, que pongo también en la mesilla de noche... Como una tentación. El despechado sigue ahí, cogiendo polvo. Hasta que un buen día, de esos en los que me da por ordenar, entonces cojo el toro por los cuernos, me dejo de romanticismos y me digo, asumámoslo, ¡no lo voy a terminar! A veces hay otros que corren un poco de mejor suerte, dentro de los que no me atrapan, algunos consiguen que me quede hasta el final simplemente saltando algunas partes, leo en diagonal para ver por encima si pasa algo importante, y acorto algo que quizás el autor se debería haber planteado, pues a muchos buenos libros, como a muchas buenas películas, les sobra un buen trozo. En fin, ahora estoy en el trámite de asumir que voy a dejar de leer el tocho que me estaba leyendo. Me refiero a "Una saga moscovita" de Vasili Aksiónov. No es un libro malo, ni mucho menos, es una buena novela, bien escrita, con interés especialmente por la época en la que discurre, sin embargo, para mi, no consigue enganchar del todo. Entonces, antes las 1.186 páginas del libro, me pregunto, yendo por la 630, si merece la pena seguir. No lo se... Me da cierta pena, no se si adelantar un poco a ver si mejora -aunque llevo lo suficiente para saber que no-, y si,

viendo más cerca el final, me animo; o si dejarlo definitivamente. Pero es que llevo tiempo deseando leer "Stoner" de John Williams, que promete ser una gran novela, de las de verdad, tengo muy buenas referencias de ella. Así que ya veremos, quizás empiece Stoner y veremos que pasa.

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