Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

jueves, 1 de abril de 2021

Las gratitudes. Las lealtades. Delphine de Vigan

 


He leído en alguna reseña que ella los juntó como un díptico. Desde esa perspectiva los he leído. De Vigane tiene una forma de escribir sencilla pero delicada. No sobran las palabras ni faltan, son las justas para expresar lo profundo de los sentimientos. ¡Es de una delicadeza! Cuando fantaseo con escribir me imagino escribiendo más o menos así. Me gustaría escribir como Proust, pero también pienso que esa forma de escribir no es ya de este mundo, en cambio la de De Vigan sí, y llega tan dentro, llega dentro pasando por encima suavemente. Trata a sus personajes con un respeto y un cariño, con una amabilidad... es deliciosamente sensible y potente.

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