Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

domingo, 4 de diciembre de 2011

Buscando un libro para Guille

... Que sea fino me pide, sino ahora que tiene poco tiempo no se engancha. Que sea algo que merezca la pena, pienso yo. Hace tiempo que tiene edad para leer cualquier cosa desde luego, pero ha leído muy poco. Me encanta ponerme delante de los libros y repasarlos con la mirada, como repasando la vida. Metamorfosis, Kafka. Se lo enseño, incluso le parece demasiado fino. Le leo el principio: "Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto". Creo que he acertado.

2 comentarios:

Lorenzo Miláns del Bosch dijo...

¡Qué maravilloso y desasosegante! Lo voy a releer.

Por cierto, qué preciosidad de cita de Valente. ¿Lo has sacado de la Antología?

Almudena dijo...

Si, de la Antología-. ¿Ahora lo ves????