Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

sábado, 27 de julio de 2013

Lecturas veraniegas

Uno de los mayores placeres que tiene el verano es, sin duda, la lectura. Y este placer se inicia, días antes de partir, con la selección de los libros que te vas a llevar de viaje. Aunque soy defensora del libro electrónico y me compro bastantes e-books, debo reconocer que, la mayoría de las veces, acabo leyendo en papel. Asi que los días previos a las vacaciones vamos pensando en qué vamos a leer en verano. Hay veranos en los que tienes la suerte de enfrentarte a una gran novela, bien porque no la hayas leído todavía, bien porque hayas decidido releerla. Digo la suerte, porque no creo que haya nada mejor que cuando te metes en una novela de más de 1.000 páginas y vives esa doble vida entre realidad y ficción. A veces ni doble, porque lo que más te interesa es lo que pasa en la historia del libro, y la realidad exterior es un mero tiempo instrumental para comer o dormir, que no te interesa lo más mínimo. ¡Quién no recuerda ese verano con Guerra y Paz, Los Buddenbrook, El Conde de Montecristo o La Regenta!...
En esas ocasiones un solo libro suele bastar, te llevas algún otro porque te suelen quedar unos días colgados en los que ya te has terminado la novela y, casi por instinto, empiezas otra cosa, que ya sabes, nada mas empezar, que se te va a caer de las manos...
No es mi caso este verano, no tengo en mente ninguna "GRAN NOVELA". Me acabo de terminar Rosa Cándida de AUDUR AVA OLAFSDOTTIR, una historia de una gran delicadeza, una historia tierna, escrita despacio, pequeña, pero que con el tiempo, va dejando su huella. He empezado El pájaro espectador de Wallace Stegner, ya que me ha gustado tanto lo que he leído antes que creo que no me va a defraudar. Será el primer libro de las vacaciones.
Pero este verano me quería adentrar en el mundo de James Salter, con Middlesex (en el Kindle) y A Sport and a pastime y Light Years en papel. También me llevo el libro de Mosterin, El Reino de los animales, que nos anima, de nuevo, a pensar sobre ¿qué es la vida? ¿qué tenemos en común con los animales? ¿qué es nuestra alma?... Y también me llevo El Giro de Stephen Greenblattal, al parecer un best seller que está teniendo mucho éxito y que me llama la atención porque trata sobre el Renacimiento y todo comienza con el descubrimiento de un ejemplar de De rerum natura de Tito Lucrecio Caro, una maravilla que descubrí un día hace tiempo y le regalé a Lorenzo. También me apetece mucho un libro que me recomendó anoche Amparo, Lives of mothers & daughters, groing up with Alice Munro que no encuentro en La Central y encargaré en Amazon. Y, por si no fuera bastante, esta mañana leyendo el S Moda de El País, me encuento con un par de artículos con recomendaciones de lecturas veraniegas. En el primero de ellos, Luna Miguel, hipster culta y joven  nos recomienda libros... tras darme cuenta de que no conozco nada de lo que menciona, me pongo a indagar en internet sobre la naturaleza de los libros de los que habla esta chica de moda. De todo lo que menciona me quedo con dos cosas a tener en cuenta en el futuro, La vida simple de Sylvain Tesson y Así es como la pierdes de Junot Díaz, que, sin embargo, cuando investigo un poco más sobre este escritor dominicano afincado en Estados Unidos, me parece que merece la pena leer La Maravillosa vida breve de Oscar Wao, por el que ganó un montón de premios, entre ellos el Pulizer y el National Books Critics Circle Award, y fue seleccionada mejor novela de año por The New York Magazine y The Time... La verdad, no sé si debería empezar por esta. Feliz verano!

1 comentario:

Lorenzo Miláns del Bosch dijo...

¡Qué barbaridad! Te van a hacer falta seis meses de vacaciones