Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

sábado, 25 de julio de 2015

Retomando

Era plenamente consciente de que había abandonado el blog. No sólo el blog, sino que estaba en cierta crisis con la literatura. Al menos con mi forma de leer. Y que ello había conducido a dejar el blog. Pero no era consciente de que hacía tanto tiempo... Un par de comentarios de dos personas de muy distintos ámbitos de mi vida que resulta que lo leían y lo echaban de menos me hicieron mucha ilusión y comencé a darle vueltas a la posibilidad de seguir (ay! el ego que diría Juan!!). La cuestión fue que en un momento dado sentí que leía libros como si de una colección de tratara... y decidí parar. Toda mi vida he sido lectora de novela. Los ensayos en general me daban bastante pereza. Pero mis estudios de sociología y alguna recomendación de un amigo han sido los responsables de que en este tiempo sea en el ensayo, o más bien en la divulgación científica, en lo que he concentrado mi tiempo de lectura (debo reconocer que las series de televisión me han quitado también mucho tiempo de lectura!).
Bueno, comencemos brevemente con algún comentario sobre los libros que, desde el recuerdo, me parece que me han gustado más durante este tiempo.

La librería más famosa del mundo, de Jeremy Mercer (Malpaso).
Esta novela me gustó mucho. El protagonista cuenta una especie de memorias sobre su paso y estancia en la librería Shakespeare & Co. (París), es una historia muy bonita.

Es un personaje entrañable al que le llegas a coger mucho cariño. El hecho de pensar que la librería es real, y que posiblemente esta historia que cuenta el libro también ocurriera realmente, me hizo sentir cierta envidia. Desde luego que cuando vaya a París será obligado visitarla.

Canadá, de Richard Ford (Anagrama).
Literatura grande. De Richard Ford me queda mucho que leer. Me gustó mucho Mi madre, pero según me cuentan debería leer Acción de Gracias o Flores en las grietas. Como hace ya tiempo que leí Canadá no puedo dar muchos detalles, pero sí que me quedó la sensación de que era una novela seria y potente.

Deconstruyendo a Darwin, Javier Sampedro (Booket).
Cambiando de tercio, el libro que más recomiendo en este momento es esta pequeña joya sobre la evolución. Me he hecho fan de Javier Sampedro, de quien leo todo lo que escribe en El País. Aparte de dejarme bastante perpleja su historia (un brillante biólogo que deja la investigación para pasarse a la divulgación científica) me encanta su estilo, fácil de seguir y muy gracioso.
El libro es muy entretenido. Supongo que es para gente que, como yo, no sabe nada de ciencia. Se lee muy bien (aunque he tenido que ir para atrás en alguna ocasión). Te lo pasas fenomenal y aprendes cosas fascinantes sobre lo que pasa por nuestro mismísimo cuerpo a lo largo de sus 269 páginas.

Virginia Woolf. La vida por escrito, de Irene Chikiar Bauer (Taurus).
Virginia Woolf es uno de los pocos autores de los que creo que me lo he leído todo, aunque ya hace mucho tiempo. Alguno de sus libros me marcó especialmente, como Las olas, mi favorito, como se pude ver en el encabezamiento de este blog. Ya leí en su día la biografía de su sobrino Quentin Bell y la imagen que tengo de ella se la debo a ese libro. Pero esta nueva biografía es mucho más ambiciosa y más documentada, y no siempre ves a una Virginia que te atrae. A parte de sus problemas psiquiátricos, debía ser una persona con un carácter muy difícil. Lo que más me está gustando (voy por la mitad, es enorme!) es la correlación que Chikiar te muestra entre su vida y las novelas. Por ello estoy aprovechando y leyendo a la vez Al faro. ¡Qué maravilla! Ahora me doy cuenta de porqué me lo leí todo. Una manera de escribir nada fácil. Va pasando magistralmente de la perspectiva de un personaje a otro, como hace en Las olas, como si fuera una escena cinematográfica y la cámara nos fuera guiando por diferentes puntos de vista de la misma escena. Todo está descrito con una gran sensibilidad y detalle, y, sobre todo, con una profundidad... merece mucho la pena volver de vez en cuando a leer estas cosas.



2 comentarios:

Lorenzo Miláns del Bosch dijo...

¡Qué bien que estés de vuelta en el espacio virtual y digital! Leer es vivir dos veces. Aceptaría tener otra vida para pasármela leyendo.
Un beso

Jezabel dijo...

¡Qué bueno que volviste!
Yo, como Lorenzo, acepto segunda vida para pasarla leyendo.
¡Feliz verano (lector)!