Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

domingo, 15 de diciembre de 2019

Juan Belmonte, matador de toros. Manuel Chaves Nogales

Ya me avisó Dolores, mi amiga, cuando me regaló este libro por mi cumpleaños que aunque no me gustaran los toros me iba a encantar. Efectivamente así ha sido. Es un clásico por lo visto que yo acabo de descubrir gracias a ella y que estoy recomendando a todo el mundo.
Muchas veces a lo largo del libro me tengo que parar a pensar si será verdad todo lo que cuenta, da lo mismo, no lo leo como un libro "de historia", no me importa del todo sí habrá exagerado Chaves Nogales en algún momento, o si algún suceso no será exactamente así, ya que disfruto de su maravillosa forma de escribir. Al principio me costó un poco, ya que es una escritura algo antigua. Literatura antigua he leído mucha, por supuesto, pero creo que hacía mucho tiempo que no leía en castellano de esta época. Un estilo español muy típico de la primera mitad del siglo XX. Que nos suena familiar pero un poco extraño ya, que me recuerda como hablaba posiblemente mi abuelo Federico, al que no sé por qué me recuerda mucho este libro.
Algunos capítulos son magistrales. Me ha impactado mucho el del miedo. No solo por la emoción de que un torero te cuente lo que es sentir miedo, es también la forma en la que lo presenta. No es ni sensacionalista, ni blandengue. Nos presenta al miedo como su compañero de faena, casi su compañero en la vida, como ese personaje imaginario pero real para el esquizofrénico, con el que habla y negocia, que tiene que intentar hacer desaparecer de su cabeza si se toma demasiadas libertades y que no debe dejar que le domine.
También es muy divertido, en otros momentos, el viaje a Panamá, donde conoce a su mujer, y donde les pasa de todo.
Escrito en primera persona, nos presenta a un personaje franco con nosotros, que se nos muestra tal cual es, entregado a contarnos sus más íntimos pensamientos, honesto y humilde. No se si Belmonte era realmente así. Me quedo con el Belmonte que Chaves Nogales ha decidido ofrecernos. Una maravilla.

No hay comentarios: