Y también en mi se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mi, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando hacia nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza en ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. ¡Contra ti me lanzaré, entero e invicto, oh Muerte!

Las olas rompían en la playa.

Las olas. Virginia Woolf

lunes, 15 de junio de 2020

El infinito en un junco. Irene Vallejo

Qué bien se pasa leyendo este libro. Qué acierto me parece haber considerado narrar el surgimiento de los libros. No es, como a veces se comenta, una historia del libro, realmente narra los comienzos. Incluso a la imprenta le dedica muy poco. Contado con frescura y seriedad. Da la impresión de conocer muy bien el terreno que pisa y además es muy entretenido, juega bien trayendo ejemplos del presente. Una delicia. Muy recomendable. Realmente apetece volver al principio una vez terminas para que todo lo que aprendes se quede fijado en la memoria.

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