Todavía bajo la influencia de Los europeos, seguí leyendo a Turguénev. Este libro, del que me doy cuenta de que rápidamente me he olvidado, recuerdo que lo leí a gusto; es ágil, entretenido y muy ruso, lo que siempre me gusta. Como tema central tenemos la relación entre padres e hijos, incluso diría que es más importante la relación entre dos amigos, pero de fondo trata un tema clásico ruso, el dilema moral en una sociedad pre revolucionaria, marcada por los choques entre clases sociales y entre una sociedad arcaica, agraria y otra moderna y burguesa. No entra en las profundidades a las que si te llevan los maestros, Tolstói y Dostoievski, lo que, por otra parte no me extraña ahora que conocemos como era su vida... ¿cuándo iba a tener tiempo para escribir persiguiendo a Pauline? ¡Bastante hizo con el tiempo que parece que le dedicaba a escribir! De los que he leído hasta ahora me parece de lo mejor y todavía me falta Memorias de un cazador.
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